Curiosos

miércoles, 6 de marzo de 2013

Si quieres paz, prepárate para la guerra

COLUMNA

“¿Por qué a todos les da miedo morir?, si ya lo han hecho antes que nosotros… lo más importante es tener la posibilidad de ser lo que quieres ser”, con este principio Tiziano Terzani expone en su libro ‘El fin es mi principio’, el mantra al que debe ceñirse cualquier corresponsal de guerra. Es decir, tener siempre los pies en la tierra y conocer los riesgos, por supuesto. Pero también lo es saber volar, sobre todo en dirección contraria.

La comunicación ha sido siempre el vehículo que nos trajo el progreso, el civismo, y en consecuencia, la actual sociedad en la que vivimos. Sintámonos dichosos por ello, o no. En cualquier caso, fue la primera prueba de que el ser humano necesitaba saber y compartir conocimientos, por supuesto atravesando fronteras e idiomas. Es posible que éste sea el motivo por el que uno decide cruzar el mundo y hacer que sus noticias viajen. La simple y llana razón de sentirse parte de un todo. Y en ese sentido, la vuelta al mundo se da pronto cuando la noticia que envías conmueve.

Esto me lleva a pensar en la guerra y en la paz. Puesto que, ¿qué sería del primer mundo sin el tercer mundo?, ¿qué sería de la paz sin la tan temida guerra que se mantiene en las sombras, siempre en estado de vigilia, o lo que es peor, en alerta o activa? ¿Podríamos concebir, realmente, un mundo donde las ecuaciones sistemáticas más sencillas gobernaran nuestro sentimiento? Esto está bien…, esto está mal…. No lo creo. No creo, en realidad, que anulando una parte -sea la paz o sea la guerra-, consigamos la estabilidad humana, ni mucho menos la armonía tan soñada por algunos y la tan perdida esperanza de alcanzarla, por parte de otros.

En ese sentido, no creo en la obediencia, pero sí creo en la conquista. El motivo de esto es que la estabilidad es sinónimo de equilibrio, y el equilibrio solo se consigue cuando dominas las dos fuerzas, debilidad y fortaleza; ambas tan importantes para el ser humano como el propio fundamento de la guerra: necesaria, vital e inmortal.

Es preciso caer en la cuenta, cuanto antes, de que la guerra es necesaria como lo es la rendición, la valentía y el arrojo ante los infortunios. “La guerra es de vital importancia para el Estado; es el dominio de la vida o de la muerte, el camino hacia la supervivencia o la perdida del Imperio; es forzoso manejarla bien. No reflexionar seriamente todo lo que le concierne es dar prueba de una culpable indiferencia en lo que respecta a la conservación o pérdida de lo que no es más querido, y ello no debe ocurrir entre nosotros”. Con este manifiesto extraído de uno de los tratados militares más relevante de todas las épocas ”El arte de la Guerra” de Sun Tzu, concibo y manifiesto mi postura ante una de las preguntas más referidas en esta sociedad: ¿es posible un mundo sin guerra? No lo es, porque la paz, como la guerra, es sinónimo de vida; y en ese sentido el buen reportero, el auténtico corresponsal valeroso, no es el que más se moja ni el que más barro traga, sino el que más rápido hace volar su noticia.

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