Curiosos

jueves, 5 de enero de 2012

La cabalgata De Reyes Magos de Málaga inquieta a los cuerpos de Seguridad

Mi misión para el ayuntamiento hoy 6 de Enero, era cuidar de los niños, revisar sus nombres y acreditarlos, para luego a la salida, devolverlos sanos y salvos a sus padres. Una labor sencilla, un contrato sencillo. Sin embargo, hoy grandes hitos como el de 'no hay más tonto como el que no quiere ver' encuentran su rival: si estás despierto tus ojos ven. El motivo por el que considero que soy afortunada es por haber visto, con mis propios ojos, el mínimo exponente de corrupción encerrado en un 'inocente' festejo que se repite año tras año. 

 El juego comenzó cuando, por segunda vez, me pregunta una mujer qué hay que hacer para que sus hijos sean pajes el año que viene. Pregunta acertada, respuesta contundente: no puedes hacer nada, todos los niños que se suben a las carrozas son enchufados. Hijos de funcionarios, hijos de gente distinguida, hijos al fin y al cabo, de la estratificación social. Ante mi respuesta, había que leer las caras de la gente, impotencia y tras ella, un largo poema en silencio (un silencio que ni la más dulces de la sonrisas podía apaciguar). Tú no tienes derecho.

  La fiesta avanza, unos niños reparten, otros niños los reciben y todos sonríen. Sin embargo, algo en mí cambió. Aunque aquellos niños eran adorables, para mí ya no eran niños, eran portadores de una supremacía, de una superioridad. Durante el trayecto seguimos avanzando, hasta que por tercera vez, tengo que llamar la atención a dos niños porque se están robando los caramelos entre ellos, ¡ dos niños de la misma carroza robándose caramelos entre ellos! Increíble, no conseguí entenderlo, podíamos sacar tantas bolsas de caramelos como quisiéramos, pero ellos peleaban; son niños diréis, son niños entenderé. Sin embargo, crecerán. Tú no tienes ningún respeto.

   En la cabalgata de reyes solo hay una norma, no se tiran caramelos cuando la carroza está parada. Sin embargo, me acompañaba en el viaje un edil del ayuntamiento, que tenía a su hijo montado; amable, sonriente, un tipo genial. Siempre tratando a los niños con educación y prudencia, diciéndoles cuando tenían que parar, cuando tenían que seguir; me fue de gran ayuda, hasta el momento que todos estábamos parados, para que la gente contemplara la carroza y se encontraron unos familiares: ya no había normas, “¡tirale a los primos Javier, tirales más caramelos!" Vaya! Parece que las normas se acatan cuando no te afectan. Tú no tienes normas.

   Hoy todos conseguimos nuestro obsequio. Yo también, por supuesto, en mis bolsillos, en mi bolso, incluso en mis botas han aparecido caramelos!, es curioso los lugares insospechados en los que pueden terminar cuando te bañas en ellos. Pues al final, después de esta performance política a la que he asistido, tengo una sugerencia y una conclusión:

Conclusión: los hijos son lo que tú les permites que sean; educarlos, guiarlos y enseñarles el máximo respeto es lo que hace que la labor de los padres sea vital. Porque esos niños crecerán, y lo harán con los valores que hayan recibido: si les enseñas que ellos son poderosos, que ellos tienen el poder de decidir y que el individualismo sea su mantra, conseguirás una generación futura igual de corrompida que la que tú viviste.

Sugerencia: lee este texto de otra manera, donde ponga 'niño' pon 'Diputado' y entenderéis como yo, que esto no es ninguna tontería, tan solo hay que cambiar de escenario.

2 comentarios:

  1. Hoy mismo me preguntaba.
    El día que tenga hijos celebraré la navidad? Siendo como soy con las costumbres cristianas ( que me paso por el forro ) y entonces pensé:
    Si no lo hiciera, viendo como es este mundo y lo crueles que pueden llegar a ser los críos. El no celebrar la navidad podría tener consecuencias negativas en su crecimiento? Hay que seguir la corriente que marca el calendario? Es normal celebrar la navidad al mismo tiempo que se condena la semana santa?

    Gran escrito. Hubiera pagado por ver la cara de los padres de niños "normales" que nunca podrán subir a una carroza.

    ResponderEliminar
  2. Lobo estepario, no fueron nada gratas, créeme... no tuve nada positivo ni simpático que decirles, en esos momentos te quedas a dos velas, porque ni chistes se me ocurrieron; lo máximo una sonrisa cómplice sin despedida.

    Tu manera de pensar es lógica; yo sinceramente creo que seguiré los pasos que siguió mi madre: bautizarme y luego en la comunión (cuando ya el niño tiene uso de razón), dejarle elegir si quiere seguir el camino santo o decide no hacerla. Yo decidí 'disfrazarme', hacer convite con mi familia y amigos, pero no hacer la comunión. No quise pertenecer a ese mundo. Fue una curiosa mezcla y agradeceré eternamente a mi madre haberme dejado elegir.
    En resumen, mantenerse fuera del sistema puede traer problemas, a corto a largo plazo; lo importante es inculcarle el esfuerzo de decidir individualmente qué quiere de si mismo, hoy y en su futuro. Seguro que siendo como eres, sabrás hacerlo bien, avisa cuando llegue el día ;)

    ResponderEliminar